Sustratos líricos/ Ejercicios de arqueología literaria - Zancada
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Sustratos líricos/ Ejercicios de arqueología literaria

esculturas de Pablo Dompé, tema musical y texto de Gastón Cosentino,
poemas de
Neronessa

 

 

Pablo Dompé se vale de la apropiación de libros y resignifica así su contenido. Descontextualiza para narrar diversas situaciones con un abordaje a veces lúdico y otras poético o de ficción. Utiliza procedimientos que provienen de la arqueología y de las artes visuales. Las formas de madera que se encuentran en las piezas cumplen diversos roles. En ocasiones, son personajes que habitan o transitan los libros. En otros casos, presentan elementos de arquitecturas o formas biológicas ambiguas e incontenibles, desenterradas de esa cantera que son los volúmenes literarios. El soporte de la madera guarda una relación íntima con los libros, ya que es la principal materia prima de los mismos, pero aquí, además de conformarlos, los habita e interpela.

 

 

 


POEMA ESPIRAL DE LA MAÑANA
de Neronessa

 

Espiral de la mañana

El filo de la mañana se abre al tacto

succionando
…………las moscas insurgentes
…………………………………………en su lúdica espiral

boreal membrana
…………………………..en que permea
………………………………………………..nuestra densa vicisitud de átomos

para
…….. polinizar

………………..las burbujas torácicas

con tierra derramada
……………………………… por brazos telúricos

que plantan
………………..jardines trepadores

y afrontan la embestida

de la
…………………………..discreta centrífuga

un vago vapor impregnando
……………………………………..las conjeturas fruncidas
de la rocas

implorando el
momentum-de-la-cápsula-forestal
que
…. exuda
tibias sales
con
la
presión
……..del embate.

reverberando
………………..señales de humo

………………………………un susurro efímero

en las venas…. un líquido lamento

en los folios
………………………………….de otras embarcaciones

rociando sus pliegues náuticos

enlazando

el filo en el folio en el filo en el folio

y así
…………perpetuamos la

torrencial dinámica
…………………………..de los pliegues
………………………………………………..metálica matriz que nos traga

y nos eructa

hasta devolvernos

lúcidos y floridos

a la arena
…………………………..para descubrir

quiénes estamos aquí
………………………………cuando estamos aquí porque
…………………………………………………………………………estamos

aquí

abriendo……………………los folios

de la espiral
……………………de la mañana.

 

 


LLUVIA, CUADERNOS, AMORE
Tema musical de Gastón Cosentino

 

CUADERNOS. Piano electrónico-Kaossilator-Loopstation, 2024.
Grabación: estudio control-z [digital]. Electrónico/Jazz.

 

 

 


POEMA ESPIRAL DE LA MAÑANA
de Neronessa

 

mazorca de riesgo
vector pulposo
mediante el que existo

una carcajada
empapa de vértigo
el engranaje neuronal
y propaga sus anclas preñadoras

en ráfagas
de lácteas florestas

cuerpo:
tronco clorofílico
inflado
a goterones etílicos

sepulcro de estridencias y raíces
forraje de métodos fluviales
merecer
o
menester
de los corderos

babosa de azules abiertos:
el ave d i l a t a d a

explota…………….y…………….perfora

la carroña

barcaza
que extiende sus graznidos
empollando
en los horizontes
las aguas de las sienes
arrastrando de noche
hacia el lecho
la ola segada
en la labranza epistémica:
el grano consolador
de la mostaza

 

un cuerpo empalmayace
….en un cuerpo
para hacer
otro cuerpo
nodo cuerpo
lodo cuerpo
resbalando en el
……..éxodo
del
cuerpo elástico

articulando
sus dúplices azures

apaleando
en abismos inéditos
……..las campanas
….del cigoto
……..el fruto feroz
….de la placenta

……………el músculo carnoso
del futuro.

 

LEER ∕ ESCRIBIR ∕ HORADAR
por Gastón Cosentino

[…] el tigre de trapo y el tigre de las figuras
de la enciclopedia lo han preparado [al niño]
para ver sin horror al tigre de carne y hueso.

Platón (si terciara en esta investigación) nos
diría que el niño ya ha visto al tigre, en el
mundo anterior de los arquetipos, y que
ahora al verlo lo reconoce. Schopenhauer
(aún más asombrosamente) diría que el
niño mira sin horror a los tigres porque no
ignora que él es los tigres y los tigres son él
o, mejor dicho, que los tigres y él son de una
misma esencia, la Voluntad. (1)

Jorge Luis Borges

 

……..En el año 1949 Jorge Luis Borges publica el cuento “La escritura del dios” junto a una serie de relatos reunidos bajo el título El aleph. Como sabemos, el texto de Borges trata sobre las tentativas de un mago mesoamericano, Tzinacán de Qaholom, prisionero de Pedro Alvarado, por descifrar una escritura, acaso recordar una cifra, que justifique mucho menos el tiempo de su encierro que la fascinación producida por los patrones de las manchas de un jaguar que comparte su misma fortuna de encierro en una jaula lindante. Una de las cuestiones más interesantes del texto de Borges es el momento en el que el narrador afirma: “Consideré que aun en los lenguajes humanos no hay proposición que no implique el universo entero; decir el tigre es decir los tigres que lo engendraron, los ciervos y tortugas que devoró, el pasto de que se alimentaron los ciervos, la tierra que fue madre del pasto, el cielo que dio luz a la tierra.” (2)
……..Siguiendo las huellas de esta propuesta, que podríamos llamar, a falta de una mejor definición, de arqueológica, a saber, la posibilidad de indagar hacia adentro, no apenas en la superficie. Como si entrásemos y/o saliésemos por una boca, un agujero, una cavidad; una grieta por la cual pudiéramos (ac)ceder a una serie de estratos significantes, capilarizados al menos en doble vía, que se vincularían con las capas emergentes por las cuales entramos y/o salimos. Porque lo que trepanamos nos engulle en su umwelt (3) y nos irradia con su luz oscura. ¿Los huesos son anteriores a la excavación, del mismo modo que son posteriores a la forma viviente aún no despojada de su estructura carnosa? Esos vestigios emergen en un momento preciso que sería interesante indagar tanto en cuanto acontecimiento como en cuanto síntoma que “al salir a la luz” se resignifica. Ese “ir hacia adentro” que habilita el recorte otorga la posibilidad de suspender en el tiempo una intermitencia, una latencia, para leer con su fogonazo y con su desaparición el acontecimiento de una capa del sustrato.
……..Mas cuando hablamos de arqueología, de ese ir hacia adentro, hablamos de “horadar”, del lat. forare, ‘perforar’ y este de foramen, ‘abertura’, ‘salida’, ‘puerta’. O “el agujero que pasa de una parte a otra alguna cosa como la pared, la piedra, la bola o cuenta” (4); for, fatus sum, verbo deponente latino que significa ‘hablar’, ‘decir’; así como también ‘celebrar’, ‘cantar’, ‘vaticinar’ (5). En otras palabras: sacar afuera lo que está dentro, lo que es dentro. Ver aquello ‘a través de’ y con la abertura. También el adverbio latino foras dio en castellano ‘fuera’: indecidible imperativo, imperfecto subjuntivo, adverbio de lugar. Inclusive en el infinitivo futuro fore del verbo sum: aquello que vendría a ser está siempre fuera e implicado de manera implícita y directa. Es un movimiento que contempla ese dentro del cual se embebe para “ser fuera”. Quiere decir que un adentro está vinculado inescindiblemente con un afuera. Que toda arqueología literaria que indague hacia adentro, que trepane, que intervenga, se encuentra, por ventura, de manera éxtima (6), en conexión indisociable de un íntimo afuera. Horadar, ese “afuereo”, se muestra siempre huidizo, ya que en el momento que se pretenda plenamente ‘fuera’ será desprovisto de su condición plural de camada sobre camada que lo posibilita.
……..Cinco años antes de la publicación del relato de Borges, en 1944, Salvador Dalí pintaba en Estados Unidos su célebre óleo sobre tela titulado Sueño causado por el vuelo de una abeja alrededor de una granada un segundo antes del despertar (7). En la pintura vemos de qué manera convocar el vuelo de una abeja y detenerla en el aire, o en el sueño, puede que nos vele una imagen en vuelo, pero también nos otorga la posibilidad de reclamar, una vez más, la bayoneta, el cazador, la presa, los tigres, los peces. Una fruta horadada, una granada, como en El jardín de las delicias del Bosco…  Otra vez en juego el aleph, acaso la primera y la última cifra poniendo en juego su mascarada. Porque decir aleph implica horadar y convocar a ‘los bueyes’, a ‘los toros’, la tracción en los campos, el sol que los aplasta; las gentes, los ritos, las fiestas; el corte de los versos y su delírio. La poesía.
……..De ahí que horadar en “el tigre”, volviendo al texto de Borges, implique convocar “los jaguares” y su devenir animal. Es que la convocatoria no se detiene: “ver los tigres en la lluvia” (8) o en la “nieve volando” (9) como cifra del secreto de una flor áurea (10) como en una pieza de Luis Alberto Spinetta. Esa es la pulsión que se ha obligado a seguir Borges cuando convoca al jaguar y es instado a pasar por la boca de un brujo para discurrir asuntos de orden teológico, cabalístico y, porque no, tarotístico. Recordemos que el arcano veintidós del Tarot egipcio exhibe a un mago parado sobre un cocodrilo ataviado con una piel de tigre. La mutación. Es lo que devino “El loco” el arcano en la versión occidental. De manera análoga, horadar un libro es apelar con su intervención no apenas lo libresco, sino también, y eso es determinante, convocar bibliotecas. Porque lo que habilita el recorte, la talla, la transparencia (trans pareo) de un libro, son las reuniones de lo que pudo ser contado desde un protocolo de lectura diverso. Es en el borde biblioclasta que se lee a la luz de una vela que derrama su fuego por sobre las páginas, en el oscurecimiento violento que ofrece la confusión de los plenos tipográficos y el papel ardido hasta la ceniza. El trazo de la letra se sobrepone con una insistencia palimpsestuosa a las lambeduras del fuego.
……..Esta interevención arqueológica y poética es puesta en juego en la escultura que propone Pablo Dompé con su obra, quien horadada las páginas de los libros, los mármoles, los metales, buscando huellas de actividad, vida o uso. Dompé arquitecta estructuras que nos instan a leer litoralmente para que lo escribible se sucite y se inscriba sobre el soporte mismo, acaso en sus perfectas ruinas. Del vértigo que surge de esos márgenes imanan textos dentro y fuera de los libros. Mineraciones a libro abierto. Gritos al revés, al unísono, hacia adentro y afuera. Miles de volúmenes como capas de cebollas ancestrales ¿fusión maderil o libresca? Trastoque de los orígenes, fundaciones postergadas, subvertidas: no es de la madera que viene el libro. El libro se libra de su condición libresca en la cuasi renuncia a la búsqueda de las savias

 

 

1) Cfr. BORGES, Jorge Luis. El oro de los tigres. Buenos Aires: Emecé, 1972
2) Cfr. BORGES, J. L. «La escritura del Dios». Em: El Aleph. Buenos Aires: Alianza, [1949] 2001.
3) Cfr. VON UEXKÜLL, T. A teoria da Umwelt de Jakob von Uexküll. Galáxia. Revista do Programa de Pós-Graduação em Comunicação e Semiótica. ISSN 1982-2553, 2004, no 7.
4) Cfr. DE COVARRUBIAS OROZCO, Sebastián. Tesoro de la lengua castellana, o española. Madrid: L. Sanchez, 2006.
5) Diccionario Sopena Latín. 1973, pág. 202.
6) Diccionario Latino-Español Nuevo Balbuena. 1894, págs. 346-347.
7) Cfr. MILLER, Jacques-Alain. Extimidad. Buenos Aires: Paidós, 2010.
8) Cfr. DALI, S. Sueño causado por el vuelo de una abeja alrededor de una granada un segundo antes del despertar 1944. Óleo sobre tabla. 51 x 41 cm. Museo Nacional Thyssen-Bornemisza, Madrid.
9) Cfr. SPINETTA, Luis Alberto. Los libros de la buena memoria. Compositor: Luis Alberto Spinetta. Intérprete: Invisible. Buenos Aires: CBS, 1976. 1 CD (37:42 min).
10) Cfr. JUNG, Carl Gustav; WILHEM, Richard. El secreto de la flor de oro. Buenos Aires: Editorial Paidós, 1961.
Ibidem.

 



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