Voces de Chile - Zancada
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Voces de Chile

Textos de Catalina Ríos Muñoz, Julieta Marchant, Macarena García Moggia, Camila Fadda Gacitúa, Eugenia Prado Bassi y Gonzalo León

 

CATALINA RÍOS MUÑOZ

 

casitas
material ligero
como hongos emergen
entre los escombros

el patio trasero es
límite yermo en extensión
urbe
en despeñadero

en medio del eriazo
una bolsa elevada por el viento
se revela ante la belleza

acá
no hay nada
que amerite
registro.

 

*

 

como piedras
arrastradas por la corriente
los deshechos se acumulan
en la orilla

río ruptura
tajo abierto

humo de hogueras en el basural

 

casuchas se asoman
al precipicio.

 

*

 

titilan los focos en las avenidas
se despega el zinc de los techos
animales abandonados buscan
refugio en el basural

el viento fresco
baja de la cordillera

la nieve de las cumbres
es expuesta
en los museos.

 

*

 

resuenan campanadas
el tren de carga
–obsoleto culebrón–
atraviesa el puente
retumba las veredas destartaladas

su rastro queda
en el otoño de los pobladores
como la polución de la termoeléctrica
pegada a los pulmones.

 

*

 

entre la maleza del baldío
residuos electrónicos
islas de pequeños tesoros
cuyas aberturas esconden
arañas pollito que
saltan al encuentro

un avión toma altura en el horizonte

olor a animal muerto

rechinar de establos
desde la media luna a un costado
cementerio de caballos
tierra de nadie.

 

*

 

una piedra
lanzada a los escudos

su curvatura
como zumbido de moscas
enciende
el alumbrado de la avenida.

 

*

 

entallado en su uniforme
el general anuncia
restricciones

nos desplazamos por la avenida

una mujer reparte presas de pollo
otros acarrean six pack de cerveza

a lo lejos las bengalas
olor a lacrimógenas
señalan
el camino a la plaza principal.

 

*

 

materia combustible
extraída del erío
fulgor de barricadas
humaredas deliberadas

 

en el camino
la mecha se apaga
por el soplido del viento
que baja por las laderas.

 

*

 

tronar de oleaje
entre en las ruinas
de la bodega kayser

los calcinados aguardan
bajo los cimientos

en la profundidad se oprimen
los nudos de sus mordazas.

 

*

 

la espera se arremolina
en el sitio eriazo a mis espaldas

bajan del auto
contra mi cuello descubierto
la presión del metal frío

el guardia del frente
se esconde en su caseta
como el sol a esa hora
en los cerros del poniente.

 

*

 

en el potrero de noche
un conejo arranca
de los ladridos a internarse
cubierta de escombros
su madriguera

fuegos artificiales
en la población vecina
encienden los ojos del animal
el fulgor y el miedo
de la explosión que va por dentro.

 

*

 

pedaleo constante esquivar
vidrio y piedras del camino

viento entre los álamos
camiones a alta velocidad
un aguilucho se cruza
volando bajo

de espalda al suelo
sobre la hierba seca
miramos aviones descender.

 

de Eriazo, inédito

 


 

JULIETA MARCHANT

 

quisiera abrirme por completo a usted, pero no sé cómo

¿soy yo acaso ahora?

apenas aún—

 

el reino de los fenómenos supura y arde / parezco hundirme en la rigidez mental —arcadas de piedra— ¿cómo pude estallar mi incomprensible interior? (quisiera abrirme) detrás de un velo un gusto súbito: he perdido la facultad de pensar de modo coherente / las palabras abstractas se descomponían en mi boca como hongos, ¿una suerte de cimiento? bajo un lente un pedazo de piel de mi dedo meñique me pareció un nogal, surcos y cavidades, tierra

 

en esos días felices fluyó

el conocimiento de la forma

algo innombrable me fuerza a pensar

—insensata y retórica—

en una ebriedad perpetua

apenas pude comprender

:

 

se deshizo en partes y estas partes en otras partes y nada se podía abarcar (quisiera abrirme) / la gracia de ser colmada hasta el límite, abrupta marea —¡quería tantas cosas!— cuerpos desnudos y radiantes, sirenas y dríadas, escribirme así: entre las materias que juegan y se oponen no hay ninguna que no pueda ingresar

 

después de todo

cada criatura es la llave de la otra

majestuoso retumbar de un órgano

 

***

 

escuché una voz que me decía:

 

pensamientos inmundos

en el corazón del hombre

(se aterró al ver la maquinaria de su astucia)

echó raíces frutos

aglutinó el limo con el agua

—estoy en medio y de qué modo—

la racionalidad del hombre

devoción fiel enfermedad carne

quién podrá

con esta ignorancia de tinieblas

sus plumas perseveran

lo aniquilaré con palabras muy dulces

 

yo, circuncisión

 

todas las obras de los hombres

procuran alimento y torre

comprendí también

—felicidad prístina—

que un extraordinario número de hombres

se durmió en el conocimiento

profundamente

recibió la ley

y lo atravesé con flechas

 

llevó todas las cosas dentro de sí ignorante e inseguro obrará, ahora escucha de nuevo: cordero oveja rebaño, cítara ¿qué es esto? no abrir las cosas que deben permanecer cerradas y no cerrar las cosas que deben permanecer abiertas / ni en estos ni en aquellos pude distinguir forma, tenían cabezas iguales a cabezas de hombres, enrojecían llenos de ojos y alas / en cada espejo un rostro magníficamente siervo hombres están de pie y se han encorvado resplandecían con un gran brillo

 

golpeas mis miembros

¿por qué duermes?

suavidad del sonido —oídos intelecto letras—

envió al cuerpo del hombre

nube de hierro túnicas marmóreas

lo reventará

el neuma o el canto

 

***

 

usamos días imaginarios para la especulación de lo oscuro

 

tesoros vanos

entre lo que sé y lo que no sé

el fuego propaga un estado de conciencia

 

el límite arrastra caballos coches pájaros veleros —lava ideas transparentes en jugo de ananá y las deja caer— extensión salvaje de nuestra lucidez: ráfagas de trigo y peces dorados sobre pensamientos, en el linde de lo que ignoramos el esplendor despliega un derrumbe, la luz golpea la intimidad del violeta / pulpo eléctrico alas contra, ¿podré tocar los acuarios?

 

desde la claridad bajan flechas

y yo

detrás del rebaño de espuma

empecinada sobre un pétalo

dando a luz

estoy más cerca

 

una idea incombustible

parece vigilia y futuro

—celestes manadas de amapolas—

¿hunde usted su cabeza cortada en el filo?

entre las estrellas animales tranquilos esperan

el pastor lujurioso se esconde

y yo aquí soporto lo imposible

 

de Poemas somos que otros escribieron, 2023

 

Pero esa risa, le había dicho, quizá mi mente espera un adjetivo. Vivo rodeada por los ruidos de siempre y abruma la devoción de la que estoy hecha. Imaginé su lengua como un bosque —destello entre las hojas, tierra en guijarros, musgo azulino— para proyectar mi cuerpo quieto, extraviado aunque no impaciente, abierto y entero, al interior de tu cuerpo, ahí te ruego, háblame. Pero esa risa, le había dicho, o inventó que dijo en una escena inverosímil, a kilómetros de distancia abriría una puerta en su cabeza. Hazme pequeña entre deseos blancos. Con un alfiler hacerse espacio. Te daría de comer brevísimos trozos. Polvo de huesos, proteína de una pierna. Frutas que crecen en mis órganos. Reflujo de polen. Quiso interrumpir una oración y su paisaje interior, en una reverencia, sonó a campanas. No le temo a esta forma absoluta de amor. Templo la materia de pronombres.

Inédito 

 


 

MACARENA GARCÍA MOGGIA

 

CARTA SOBRE EL ENSAYO

Querido V.

 

Leo tu libro, y el afecto inmediato es una creciente amistad. Porque de eso hablas, creo, en estas páginas, de una amistad que se confunde con la lectura, y la escritura. Una amistad que bien podría definirse como una cuidada apertura hacia lo vivo, cuanto hay, incluso allí donde lo vivo se aproxima a lo muerto, a los muertos que nos visitan tan a menudo en las palabras. Hay en cada ensayo un impulso, por lo demás, tan dado por la conversación, que a veces viste las incertidumbres de certezas para simplemente abrir la mesa, ofrecer vino y algunos trozos de carne. Los ensayos buenos, pienso, se parecen a una buena conversación: ideas, nunca muchas; historias que rehúyen la lata sin por ello caer en la anécdota; descripciones precisas; humor; escepticismo; cambios de tema. Experiencia e intimidad. Cierta dosis de secreto o erudición, que son lo mismo. Divagación y tambaleo.

Mientras leía los tuyos, comencé a imaginar la lectura de ensayos, en general, como un encuentro a distintas horas del día. Están por ejemplo los ensayos de mañana, que invitan a ser leídos a primera hora, tras despertar; son luminosos, claros, aunque requieren lucidez, sobre todo concentración. Son los ensayos más parecidos a escuchar una clase magistral de alguien, algo inmejorable para comenzar un día nublado y retrasar lo más posible el ajetreo y los noticieros. Están por otra parte los ensayos de medio día, mucho más ligeros, breves, eléctricos. Son ensayos de café. Ensayos con hambre, aunque sin apuro. Ensayos con ruido urbano, atravesados por el tráfago de la ciudad. Ensayos para tomar un poco el sol, que toman un poco el sol: ofrecen imágenes, ideas chispeantes, observaciones que estimulan ideas nuevas (a veces las anotamos al margen), meditaciones que levantan el ánimo. Después están los ensayos de tarde, ensayos más cansados, quizás, más narrativos, capaces de arrancarnos, por un rato, de las labores que quedan por enfrentar o bien despercudirnos de las secuelas, errores e ideas tardías que nos ha dejado el día. Son ensayos que ofrecen una cierta textura, son cálidos, por lo mismo, como una voz. Una voz familiar, quizás. No quiero poner ejemplos, pero se me ocurren varios. Natalia Ginzburg, por lo pronto, podría ser una escritora de esas horas en que los niños dan vueltas por el living mientras suena la tele que nadie ve y la música que acabas de poner es opacada por los ruidos domésticos, la comida que tienes en la olla, la tina que estás a punto de llenar. Aunque a decir verdad, más adecuados a una hora como esa, sobre todo cuando hay niños, como es tu caso y el mío, son los escritos fragmentarios, pedazos de cosas sueltas, algo tan bueno como para lograr abstraernos pero tan olvidable como para ser abandonado sin despecho. Habitualmente a esa hora cogemos libros al azar. Ensayos que se dejan leer por cualquier parte. Que pueden incluso estar copiados en alguna página del internet. En fin. No quiero demorarme más en este devaneo.

Aunque pensándolo mejor, permíteme que me alargue todavía otro poco y siga con el juego, porque me está divirtiendo. Y porque me permite finalmente decirte algo sobre tus textos, que son tal vez, como la mayoría de los ensayos que más queremos, ensayos nocturnos, para ser leídos en silencio, o más bien en el ruido producido únicamente por uno. Ese ruido que, combinado con los siseos ambiguos de la noche, produce una sensación de tiempo extendido, de tiempo robado. Horas que en vez de dedicarle al sueño, se dedican –las dedico- a fumar. Siendo franca, a esa hora en que todos se acuestan suelo inclinarme más por la música, el teléfono y la poesía. Así y todo, intuyo que el tiempo que esa mezcla produce se parece, un poco, a lo que producen ciertas prosas reflexivas, meditaciones. Cinthia Ozick dice en el alguna parte que la noche es el tiempo que pertenece al ensayo. Decía que no es ese un género que pueda escribirse en un tren, en un lugar de paso o en un café, sino más bien en la soledad de una mesa y una ventana, acaso nocturna, desde la que vemos poco más que el reflejo del propio rostro en el cristal. Y entonces se llega rápido a Montaigne, que pese a haber escrito sobre tantas cosas, dijo que jamás escribió sobre otra cosa que de sí mismo. Tal vez sabía de ese reflejo nocturno en la ventana, de esa mesa y ese silencio. Ahí te imagino también escribiendo estos textos que sin embargo resultan inmensamente luminosos. Porque si hay una obsesión en ellos, es una obsesión nocturna por descifrar los signos del día. Se habla a menudo del ensayo como un género melancólico, y pienso que es por eso: porque son textos que se escriben, en cierto modo, siempre después. Porque dicen tarde lo que no se dijo a tiempo; observan ahora lo que pasó desapercibido entonces; se detienen, cuando pueden hacerlo, en aquello frente a lo cual debimos correr, cerrar los ojos, pasar la página. Sí, la noche es el tiempo de esa forma de la prosa. Ahora mismo, por ejemplo, escribo esto mientras todos duermen. Es un modo de hablar sola, de hablar con uno mismo, sopesar ideas fútiles, aligerar las que parecen graves. El tiempo, si cabe, en que se constituye la experiencia (en el entendido de que no basta con vivir las cosas para que se conviertan en experiencia. Es necesario repetir, revisitar lo vivido en el pensamiento, en las sensaciones, en el cuerpo).

Hablo de un tiempo, en todo caso, muy distinto al del desvelo. El insomnio sería, justamente, el instante en el que lo vivido se repite hasta pasar en banda. Y no aferra, no abraza, se le fugan las palabras. Los escritos del insomnio son referenciales. Diarios, sobre todo: recomendaría tener siempre uno gordo sobre el velador. Es bueno saber, a esas horas ingratas, que la vida de uno es tan mezquina y pasajera como la de otros. Incluso si se trata de héroes, poetas a las que admiramos, la sustancia de la vida, de toda vida, es batírselas más o menos con lo mismo. Y eso se espera, creo, de los diarios. Es lo que yo espero al menos, y siempre alegra y consuela y da sueño saber que hay otros que salieron del transe más airosos que uno.

En fin, creo que me desvío, aunque no sé bien de qué. Supongo que solo escribo esta carta porque tu libro me hizo pensar que leer ensayos se parece, a veces, a la amistad. Como ella, ayudan a ver mejor, a revisar nuestra visión del mundo y de las cosas del mundo, y por lo tanto a reconocernos en él. Como la amistad, los buenos ensayos parecen estar ahí para brindar imágenes a las ideas abstractas, llenarlas de cuerpo, citas, recuerdos, experiencias, afectos. Ocurre entonces lo que dice Virginia Woolf al hablar de esas lecturas en las que uno suspende un poco el juicio porque va de la mano, simplemente, y está de acuerdo, sin que medie seducción ni deseos de ponerse a pelear.

Hay ensayos, quiero decir, que hacen que uno quiera un poco más a quien los escribe. Y hay ensayos que, además, hacen que uno se quiera un poco más a sí mismo. Que quiera más el mundo y desee más de él. (No es otra, dicho sea al oído, la idea que tengo del verbo comprender.)

Inédito

 


 

CAMILA FADDA GACITÚA

 

36 2020

 

Después del impacto aquí quedó todo devastado.
Abrí los ojos al desastre y cada una de mis cosas
figuraba como nunca en su lugar.
Pero sentí el estruendo y el golpe
de la onda oscura y expansiva.

Después del impacto aquí la memoria me ardía
en el lóbulo frontal.
Me busqué el cuerpo, lo encontré intacto
pero ya no lo sentí mío.

Un temblor se me instaló después del impacto aquí.
Intenté decir algo y de mi boca
brotó un disparate incomprensible
una malformación grotesca que no pasaría inadvertida.

La realidad estalló entonces como un parabrisas
quedé desamparada
con mi caleidoscopio roto.

 

38 2020

 

Ella tiene ganas de tener ganas pero
la intención es confusa y se desmorona.
Cuando tiene ganas de salir quiere
llegar a su casa estar con su perro
porque salir queda lejos y la agota.
Cuando tiene ganas de no ir a trabajar quiere
llegar a su casa estar con su perro
porque en su mente ya salió a trabajar
ya estuvo con demasiada gente
y demasiada gente la agota.
Cuando tiene ganas de estar en algún lugar
se imagina riendo en ese lugar pero
el mejor lugar es en su casa junto al perro
donde no necesita ser adecuada.
Cuando tiene que salir de viaje quiere
llegar a su casa estar con su perro
porque antes de hacer la maleta estuvo
sentada en un avión ansiosa
lejos de su casa sintiéndose ajena
perteneciendo a un    vacío.
Sentada en su cama tiene
el espasmo de la arcada en la boca
y ganas de haber vuelto
de cualquier lugar.

 

42 2020

 

Anoche no dormí
por la angustia de no dormir antenoche
asumí el alba mucho antes que los pájaros
que a su hora fueron crujidero en mi cabeza.
Saber que es demasiado tarde para la noche
es otorgarle a la conciencia tantas horas.

Antes de partir al día hago
una pausa larga que dura un punto
despejo las dudas de lo que aleja
a la rutina de la rutina
corrijo el error vuelvo a la línea
A B C A
y es una tristeza tan tranquila.

 

43 2020

 

Es jueves y vuelvo a casa
algo en la luz de la tarde me confunde
y podría perfectamente ser miércoles
suena un tema en la radio
se oye alegre como a viernes
apago la luz no lo recuerdo
por eso me vuelvo y corroboro
estoy cansada y pienso
menos mal que no es domingo
miro a mi perro que me mira
y juraría que es sábado
él me espera inquieto
para el paseo de los martes
mañana es sin duda
el día que queda más lejos
en el eco atroz de la memoria
y lo más probable es que es lunes
y que estoy equivocada.

 

44 2020

 

Qué va a ser de mí
si soy el temblor y las cosas cayendo al mismo tiempo.
Me inventé plegarias en idiomas que no existen
las repetí a coro con las voces
que habitan mi cabeza.

Y por si fuera poco
me colgué crucifijos, japamalas
me llené de gemas los bolsillos y planté
la rosa de Jericó.

Qué va a ser de mí
si soy las espinas del cardo y su flor al mismo tiempo.
Acepté cada amuleto
que me fue ofrecido en el delirio
invoqué a la machi
con sus ramas de canelo y arrayán
me entregué a sahumerios
de palo santo, de romero, de copal.

Qué va a ser de mí
si después de cada rito
atiborrada de colgandijos
flores y escapularios
como animita a la vera del camino
me senté en silencio
a esperar una señal que nunca vino
sin poder decir
gracias por favor concedido.

 

45 2020

 

Porque no tuve alternativa abandoné la casa
sin irme a ninguna parte la abandoné hacia adentro.

Hecha una calamidad dejé el peso de mis pasos
marcado en la madera de pasillos y dinteles
donde busqué apoyo para despedirme de mí misma.

En una larga pestañada fui deshabitando los espacios
que fueron quedando solos
tan ferozmente despojados
del hueco
que mi talla ocupa.

 

47 2020

 

Cuando no hay
ni risa ni pena
voy por
la costra de
la herida que
ni viva ni seca
llevo puesta.
La obligo con
la uña que
ni larga ni corta
dura en lo duro
se in-crusta.
La costra de
la herida que
ni nueva ni vieja
llevo dentro.
Dolor que no es
ligero ni grave
uña que ya
ni limpia ni sucia
rompe la piel
ni blanca ni roja
viscosa y húmeda
encostrada
in-crustada.

 

49 2020

 

De niña siempre jugué sola
incluso cuando jugué con mi hermana
jugué sola
jugué por ejemplo a las damas
tan blancas tan negras tan drásticas
en mi jugada no hubo estrategia
y quedé expuesta como blanco
pan sobre la mesa a la hora de almuerzo.
Luego cambié de posición
me puse del otro lado frente a mí
quise ganarme demoré un momento
así pensaría que pensaba
moví una ficha
me moví
y yo y yo
perdimos.

de Calamidad, 2022

 


 

EUGENIA PRADO BASSI

 

Asedios (novela en proceso desde el año 1999, fragmentos)

 

Residuas

 

El padre miente. Engaña. Engañado el padre por otro padre y así hacia atrás engañados por la historia, los niños crecen, los padres callan. El silencio es feroz. Destruidas nuestras manos justas ya no tiemblan. Recurro al modelo. Un modelo que sincronice mi intimidad. Busco en un primer recuerdo. Reconozco la fragilidad de mi padre. Siento íntimamente el rechazo a este modo mío con gestos de varón. Rechazo que inunda mi crueldad. Tantas veces en el aire el abuso, la paciencia, la tolerancia de otras que sí han creído. Porque lo más increíble a estas alturas es creer. No se puede ahora. Ni en los padres. Ni en los recuerdos que quedan de todo ello. Un imperio de cerebros mecánicos precipita nuestras imágenes. Atómicos experimentan sus fórmulas. Son ideas desmembradas. Ahora, todo es amenaza. Mienten los padres con señales de fuego y sus actos despiadados de este mundo. Recibimos las señales.

 

Hembros

novela instalación

1a escena / La gestación

Fragmentos de cuerpos, embriones flotan en el agua.

Sonidos líquidos. Textos en off.

Odio a mi padre. Mi padre. El amor no existe. Odio estos mensajes grabados a fuego. El amor no. Mi padre no, tampoco mi madre. El amor no existe. El amor no cuando soy. ¿Quién cuándo soy? ¿Cómo, cuando el amor no existe? Odiar al padre. Odiarlos a todos ellos. Odiarlos a fuerza de la autoridad con odios que calmen sus mentiras. Odiarlos cuando dicen “el amor”. Odiar a todos los padres y sus instituciones. El amor no. ¿Cómo? ¿Dónde existe? ¿Cuándo hoy? Nada creo hoy. Nada en este día. Nada hacia adelante cuando las alucinaciones nos impiden los propios ejercicios. El amor no existe. Odiar odiando al padre sus herencias de desechos y mentiras, al padre confundido y a las fuerzas que nos precipitan. El odio fortalece. La insolencia se corrige por la fuerza. Intensos golpes sobre cuerpos estallados son la deuda que el padre cobrará a su debido tiempo. Se mata desde adentro. Se mata para corregir mentalidades. Los animales se alimentan y eliminan sus desechos. Odiarlos todo el tiempo. El amor no existe cuando el odio va creciendo. Mentiras fabricando sueños creciéndonos adentro. Agujeros al costado del deudor anidando odios cada cierto tiempo. Odiar a los padres. A todos nuestros padres, cuando el odio va creciendo, estallado de nefastas emociones. muy cerca de las bestias, los demonios crecen.

 

ensaya la 2a voz

Luz cenital. Monólogo actriz. Coreografía con piedras.

(Duración: 4 minutos)

 

Es durante la noche. Despierto con la sensación de atravesar sueños aterradores. Sueños que se relacionan con un estado que me hace desaparecer atrás de las palabras. Una rabia inmensa me inunda al momento de abrir los ojos. Sueños confusos resisten la ubicación donde nos han puesto. Vulnerables a las ideas, a las exigencias y a todas sus culpas, esta rabia de vértigo se fortalece. Se mata cada cierto tiempo. A punto de caer en un estado de máquinas, esto se repite.

 

video monocromo

Una niña juega en la playa. Actriz interactúa con las pantallas.

Música: Cuerdas sinfónicas, guitarra, adagio.

(Duración: 3 minutos)

 

Tengo esta apariencia extraña, mezcla ajena e insoportable que me excluye. Un ejemplo ambiguo en la necesidad de huir, salir de la tela, del propio tejido, librarse de no se cuál de todas las trampas. ¿Dónde se pegó esta historia? ¿Dónde me atrapó la misma idéntica historia? Aprendí a someter esta forma mía femenina y ambigua. Me someto. Vuelvo a la trampa sin saber cómo avanzar con este cuerpo mío habitado de signos extraños. Este cuerpo que en su deseo atrapa, se agita y con su curvatura daña porque tiene gestos de poder adentro cuando aprende a degradar, desde siempre, no sabiendo cómo, con los otros, los de los discursos, los de las frases hechas tan repletas de sus incansables quejas.

 

Monólogo Increscendo

Coreografía de actriz con camisa blanca.

(Duración: 5 minutos)

 

Destruidas nuestras manos justas ya no tiemblan. Recurro al modelo. Un modelo que sincronice afinidades con la propia intimidad. Recuerdos. Busco en un primer recuerdo. La fragilidad de mi padre. Siento íntimamente el rechazo a este modo mío con gestos de varón. Rechazo que inunda mi crueldad. Tantas veces en el aire el abuso, la paciencia, la tolerancia de otras que sí han creído porque lo más increíble a estas alturas es creer. Nada se puede ahora. Ni en los padres. Ni en los recuerdos que nos queden de ellos. Son ideas desmembradas. Te obligan a creer. Te enseñan a esperar, a las mujeres. Así, la crueldad. Aprendes para el servilismo. Nos enseñan a satisfacer y agradar, a veces con quienes no tienen una pizca de altura con tu fortaleza. Ellos, en cambio, aprenden a mentir a degradar y cultivar el engaño muchas de las veces en lo propio con palabras hechas para conquistar.

 

ensaya la 3a voz

La novia se arrastra y simula procesión.

Órgano barroco, textura densa, contrapuntística, luminosa.

(Duración: 9 minutos)

 

Nada creo hoy. Nada en este día. Purificación. Depuración. Miércoles Blanco. Serapis Bey arcángel de mi felicidad –dicen– y ellos dicen que el blanco existe y también Gabriel Ángel de la guarda que me guarda de mi padre que no cree que el blanco existe y que no sabe que yo no creo y que odio, odio tanto cuando me subyuga, cuando me somete. Mi padre golpea. Golpea sobre la madre que miente. Golpea con palabras sobre las hijas, cuando dice que las mujeres mienten. ¡Todas ustedes mienten! –dice. Los niños juegan y aprenden grabando y se mienten de todos estos mensajes la cabeza. Odio a mi padre y sus desordenados niños de ideas grabadas con el fuego de los grandes y de todas sus instituciones. Purificación. Depuración. Miércoles Blanco. Serapis Bey Arcángel de mi felicidad.

 

SOBRE TUS ROSAS

Personaje con velo camina por el escenario.

Proyección de poema sobre el piso. (duración: 3 minutos)

Sobre tus rosas

yo escribiría estas primeras palabras

odiar desde los recuerdos.

Como una cábala

frente a una página en blanco,

o una vida en blanco o partir

por el principio.

extraviados

fuente alemana

Proyección: Mujer con niño pequeño en ambas pantallas.

Personaje azul, círculo sobre el piso.

Música: sonidos de calles / Tema: “Carrusel”.

(Duración: 6 minutos)

 

Acompáñame y luego cenamos algo por ahí. Mi padre y yo acostumbrábamos ir a la Fuente Alemana. Recuerdo aquella textura de pan blando extremadamente remojado y la grasa insoportable de la carne. Puedo verme hurgueteando con los dedos en los tiempos de burlar al padre haciendo a un lado aquella mazamorra dejándolo todo revuelto sobre la mesa. Tengo nueve años y me niego a comer eso que sabe a exceso. Tengo nueve años y ya se burlar al padre. Él no lo nota o más bien hace como que no lo nota. Ahora que lo pienso, es probable que mi padre mienta buscando repetir nuestras hazañas y que inundados de juegos entre las mujeres gordas juguemos a conversar sobre cosas de los grandes, y conversábamos sobre esas cosas sabiendo que no había nadie más dispuesta que yo a atender la estridencia de sus aseveraciones.

 

ensaya la 4a voz

Imágenes en pantallas. Íconos, figuras del arte, la música, la política, la revolución.

Lectura en vivo. Música: Antijazz. Tema 6. Pájaro Araya.

(Duración: 6 minutos)

 

Nuestras madres transitan por el instinto. El bien es tan escaso como el mal. Lo demás es estupidez. Estupidez por todas partes. Madre, lo he aprendido todo de ti. Me haces perder la cabeza. Madre, no detengas nuestro viaje, galopemos como antiguas yeguas batidas al viento sin otro poder que la unión de sangre y luna. Madre, no me hables de la incoherencia, déjame susurrar el dulce abandono que nos hicieron conocer. Nos hemos vuelto hermosas, no podremos huir de nuestros derrames. Madre, jamás dejé de contemplarte. Cómo odio ese espacio vacío y a la vez repleto. Inesperado, autista, incapaz. Nunca huir de tus brazos extendidos. No me hagas caer en esa oculta admiración. Déjame libre y no evidenciaré nuestra atadura.

 

ordena tu caos

(Conéctate y todo será para ti)

Inédito

 


 

GONZALO LEÓN

 

………Algunos creen que Shakespeare comenzó a ser Shakespeare con el Prefacio de Samuel Johnson, después de que transcurrieran 150 años de su muerte, y fue así porque más allá de que Hazlitt lo impugnara severamente fue un libro y un prefacio que se erigió como un acontecimiento literario. A partir de ahí una nueva época de escritores abordaron su obra con ensayos cada vez más agudos. Aunque, como ya vimos, el aporte de Alexander Pope resultó, a la larga, más importante en la instalación de su figura como autor canónico.

………William Hazlitt, uno de los grandes críticos del romanticismo inglés junto a Coleridge, en Personajes de Shakespeare analiza extensamente sus personajes a través de más de treinta obras. Para Hazlitt, no hay dudas de que Shakespeare, por su profundidad, por su poesía, por su genio, es el mayor poeta de la historia, nadie nunca había escrito los personajes como él.

………Un poco antes que Hazlitt, el filósofo alemán Friedrich Schlegel, en Ensayos sobre del drama,  también destacó los méritos de los personajes del bardo: “Tal vez nunca hubiera un talento tan amplio para delinear al personaje como el de Shakespeare. No solo capta la diversidad del rango, sexo y edad hasta los albores de la infancia; no solo el rey y mendigo, el héroe y el ratero, el sabio y el idiota hablan y actúan con igual verdad; no solo se traslada a épocas lejanas y naciones extranjeras, y retrata de la manera más exacta, solo con ciertas licencias sobre los trajes, el espíritu de los antiguos romanos, de los franceses en sus guerras con los ingleses, de los propios ingleses durante gran parte de su historia (…) No solo sus personajes tienen la profundidad y precisión que no pueden ser ordenados bajo clases y resultan inagotables, incluso en la concepción; no, este Prometeo no se limita a formar hombres, sino que abre las puertas del mundo mágico de los espíritus, conjura al fantasma de la medianoche, exhibe ante nosotros a sus brujas en medio de sus misterios profanos, puebla el aire de juguetonas hadas y sílfides…”.

………Harold Bloom señalará mucho después que el bardo, con sus personajes, había inventado la humanidad, algo que en apariencia suena bien, pero que, para Javier Alcoriza, a cargo de la edición y de la traducción de Personajes de Shakespeare, resulta equivocado, porque servirnos de él “para redescubrir al hombre es la fórmula con que concluía Hazlitt su ensayo sobre la ignorancia de los doctos”.

………Los personajes de Shakespeare, según Hazlitt, se mueven entre la analogía y el contraste (y toda una gama de matices), y eso es lo que sacude, conmueve e impresiona, no tanto en la experiencia teatral porque, para Hazlitt, Shakespeare se perdía, salvo en un par de obras (como Ricardo III), en el teatro. Su experiencia apela más a la imaginación y, como tal, a la lectura. O como observa Alcoriza, “Hazlitt había llegado más lejos que Bloom al ver en la lectura de Shakespeare el medio para acceder al genio de la humanidad”.

………De todos modos, Shakespeare: la invención de la humanidad, de Bloom, sigue el modelo del libro de Hazlitt y, al igual que él, va obra por obra analizando los personajes. De hecho, cita a Hazlitt, cuando aborda el personaje de Yago en Otelo: “Shakespeare, que era en general tan buen filósofo como poeta, pensaba de otra manera. Sabía que el amor al poder, que es otro nombre del amor a la maldad, era natural al hombre. Esto lo sabría igual o mejor que si le hubiera sido demostrado mediante un diagrama lógico, simplemente observando a los niños revolcarse en la basura o matar moscas por gusto”. Hazlitt deja entrever que es Yago quien, en su ansia de poder, o en su resentimiento por ser solo un alférez y además en su sed de venganza (porque cree que su mujer tuvo algo con Casio), incita a Otelo a destruir a lo que ama, a asesinar a Desdémona, al hacerle creer que ella le ha sido infiel con Casio, su teniente.

………Hay que aclarar, en todo caso, que Otelo aborda el engaño, no como infidelidad, sino como imposibilidad de confiar en alguien; Yago, que es quien conduce la historia (sin él, sin su intriga, no pasaría nada), aparenta lo que no es y ese constituye el verdadero engaño. Y en esto es de cierta manera explícito: “Feliz el engañado que descubre el engaño y consigue aborrecer a la engañadora”. Pero el supuesto engaño de Desdémona es en realidad el engaño creado por Yago, que en sí es la obra. Estamos, en otras palabras, ante una puesta en escena digitada por Yago, quien nos hace recodar al autor de la obra personificado.

 

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………Hazlitt y el romanticismo fueron importantes para la consolidación de Shakespeare como autor central en la literatura europea, porque es a fines del siglo XVIII y a comienzos del siglo XIX donde se consolida una nueva conciencia, una nueva subjetividad, una forma de pensar que encontró en Shakespeare la encarnación de una época.

………Cuando se habla de que Shakespeare no escribió para su época ni para la posteridad, habría que concordar que, si para una época escribió, fue para la del romanticismo, aunque cuando lo hacía era difícil prever, cuando no imposible, que siglos después estos dramas estos personajes, esta poesía calarían profundamente. De ahí que Hazlitt dijera que leer a Shakespeare era suficiente para la literatura inglesa, pero no fueron los románticos ingleses los que dijeron esto. Fue un proceso que surgió en varios planos. Primero sucedió en Alemania, que fue el país que le dio sustento filosófico a este movimiento estético.

………Harold Bloom observó que “lo que hemos llamado romanticismo fue engendrado por Hamlet, aunque se necesitaron dos siglos antes de que la autoconciencia del príncipe se hiciera universalmente prevalente” y agregó que el romanticismo es la estética dominante desde fines del siglo XVIII en poesía, cuestión que coincide con la centralidad de la figura de Shakespeare. ¿Pero qué es el romanticismo, cómo surgió, a qué apeló y por qué su aparición puso en el centro al bardo inglés?

………Quizá la boutade de Bloom de que Shakespeare inventó la humanidad se deba a las afirmaciones del propio Hazlitt cuando analiza Hamlet en su libro. Dice Hazlitt: “Las angustias de Hamlet se trasladan, por el giro de su mente, al relato general de la humanidad”. Pero antes Hazlitt había dejado bien en claro los alcances de su reflexión: “Hamlet es un nombre: sus discursos y hechos no son más que la ociosa acuñación del cerebro del poeta. ¿Cómo no!, ¿no son reales? Son tan reales como nuestros pensamientos. Su realidad está en la mente del lector. Nosotros somos Hamlet. Esta obra tiene la verdad profética que está por encima de la histórica”.

de El mal inglés. Shakespeare & el romanticismo, Buenos Aires, Mansalva, 2024, pp. 27-30